
Hoy me he preparado para la cena algo ligero, se trata de un plato de pechuga de pollo frita sobre lecho de tomates y zanahorias que además es compatible con la dieta paleolítica. Quiero compartir esta sencilla receta contigo.
Ingredientes
- Pechugas de pollo adobadas (se pueden conseguir ya adobadas en el supermercado, si no siempre puedes hacerles tú el adobo)
- Tomates
- Zanahorias
- Perejil (para decorar)
Elaboración de la pechuga de pollo frita
Como las pechugas ya vienen adobadas, no le vamos a colocar más especias. Sin embargo no vamos a poner a estas pechugas tristes y solas en el plato ¿Verdad?. Para este plato vamos a lavar y cortar algunos tomates. Además, vamos a acompañarlos de unas zanahorias cortadas en rodajas.
Con las zanahorias podemos hacer dos cosas. Una opción es servirlas crudas (como en la foto), pero otra posibilidad es guisarlas durante unos minutos para que queden más “blanditas”. Este paso es totalmente opcional y lo dejo a tu gusto.
Trucos de presentación para este plato
Pero, a la hora de presentar el plato verás que falta algo ¿Verdad?. Si te fijas, notarás que todo nuestro plato está compuesto por colores cálidos (el marrón/beige de la carne, el rojo de los tomates y el naranja de las zanahorias). Ahí es donde entra una ramita de perejil, que con su color verde da la nota de color necesaria para que nuestro plato tenga un nivel de presentación digno de foto.
Espero que te haya gustado esta receta de carne. ¿La has encontrado sencilla de hacer? ¿Te atreves a intentarlo? Házmelo saber en los comentarios, y no olvides compartirla en tus redes sociales para que tus amigos y amigas también la pongan en práctica. ¡Hasta pronto!
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